domingo, 19 de octubre de 2008

River 0 - Bocaaaaa 1





Qué distancia hay del Cabaret a Aruba? '90 minutos? 'Un gol?

Así somos. Hoy, al fin, la pelota rodará en este superclásico con previa de dos semanas que,
sin embargo, se pasó volando entre conflictos locales y renuncias de Selección.
La bola repartirá sus caprichosas emociones y, cuando se detenga,
otra vez quedará fuego de un lado y rosas del otro. Se hablará un rato de fútbol,
de por qué pasó lo que pasó, y mucho más se hablará de internas, conflictos,
continuidades de técnicos, futuro de jugadores, ciclos cumplidos, etapas de renovación,
gestiones en crisis...
Si la pelota entra en un arco, entonces... River alargá estas semanitas de tranquilidad que tuvo, sobre todo, por los torbellinos que hubo por otros lados.
Y dejará el incómodo último puesto de la tabla de posiciones. Y los dirigentes insistirán con la renovación de contrato de un Cholo Simeone que todavía no larga el sí, quiero.
Y será todo tan feliz y soleado como en aquella Aruba que José María Aguilar alguna vez soñó para su River. Porque el infierno, definitivamente, estará en La Boca.
Porque una derrota no sólo dejará a Boca sin superclásico, un torneo en sí mismo, sino también mantendrá al equipo a 11 puntos del otro torneo, el Apertura, nada menos que el objetivo central que Boca se trazó para este semestre. Apenas quedará el consuelo de la Sudamericana.
Y la sensación de ciclo cumplido.Si la pelota entra en el otro arco, entonces... Boca vivirá la paz de Aruba y el cabaret, con forma de hall, recuerdos a Ortega o en cualquiera de sus futboleras expresiones, quedará ahí en Núñez. Mientras Boca se volverá a ilusionar con alcanzar a San Lorenzo y festejará su segundo superclásico en el año, River quedará hundido en la humillación del último lugar y con la obligación de sobrevivir con la Sudamericana. Ischia respirará hasta el próximo partido, que será igual de decisivo para su continuidad, mientras que Simeone por ahí termina de madurar la idea de cerrar esta etapa en River.En caso de empate, en cambio, no hay muchas dudas: los dos pierden por igual. Por más que desde Núñez por lo bajo digan que el campeonato ya estaba entregado desde mucho antes de este superclásico y que la prioridad, en esas circunstancias, siempre es no perder con Boca. Y por más que desde el otro cuerpo técnico, con un tono más enérgico, repitan que "la presión la tiene River, que está último. Nosotros este año ya ganamos un superclásico". Con el empate, pierden.Así somos. En 90 minutos el paraíso de River, si así pueden definirse estas apacibles dos semanas de receso a pesar de la posición en la tabla, se puede esfumar de un superclásico. Y, también, el infierno de Boca puede dejar de ser tal en un suspiro de gol. Lo que hoy es Cabaruba mañana puede ser Arubacaba. Un intercambio de realidades tan súbito, inevitablemente, obliga a una pregunta: 'tan bien estará uno y tan mal el otro para que todo pueda cambiar en dos horas? O a dos: 'tan locos estaremos todos?


El Gol y Los Festejos En La Cancha


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